Los músculos esqueléticos son un tipo de músculos estriados unidos al esqueleto. Formados por células ofibras alargadas y multinucleadas que sitúan sus núcleos en la periferia. Obedecen a la organización de proteínas de actina y miosina y que le confieren esa estriación que se ve perfectamente al microscopio. Son usados para facilitar el movimiento y mantener la unión hueso-articulación a través de su contracción. Son, generalmente, de contracción voluntaria (a través de inervación nerviosa), aunque pueden contraerse involuntariamente.
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Bibliografía:
IRA Fox, Stuart. “Fisiología Humana” 12VA edición, editorial Mc Graw Hill.
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